lunes, 27 de marzo de 2017

Cuando la duda es necesaria




En nuestros días, parece una falta de respeto cuando las personas ponen en duda, analizan o prueban las enseñanzas de los “ungidos”. 

Actualmente, se demanda una fe ciega de los oyentes, a favor de aquellos que “enseñan” la palabra de Dios. Las pocas personas que intentan corroborar las enseñanzas son rápidamente señalados y, comúnmente ahogados en su intento de llevar a cabo ese ejercicio “Bereano”. 

Con esas ideas y actitudes, tal parece que los días del oscurantismo religioso están de vuelta, interpretaciones unilaterales e incuestionables, que son el caldo de cultivo para introducir herejías destructoras.

El apóstol Juan escribió al respecto:

Queridos hermanos, no crean ustedes a todos los que dicen estar inspirados por Dios, sino pónganlos a prueba, a ver si el espíritu que hay en ellos es de Dios o no. Porque el mundo está lleno de falsos profetas. (DHH)

Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas. (NBD)

Queridos amigos, no les crean a todos los que afirman hablar de parte del Espíritu. Pónganlos a prueba para averiguar si el espíritu que tienen realmente proviene de Dios, porque hay muchos falsos profetas en el mundo. (NTV)

Aún la versión Reina Valera 1960 dice “no creáis a todo espíritu”.

Por favor, si usted quiere mantener o tener una vida espiritual saludable: No crea todo lo que escucha, todo lo que ve, todo lo que se enseña. Antes de creer debe ponerlos a prueba y nada resiste más allá de la prueba escritural pues ella es la palabra profética más segura.

Ninguna nueva revelación o enseñanza puede poner o quitar más allá de lo revelado, pues la más grandiosa revelación ya ha sido dada: Cristo Jesús y juntamente con él toda clase de bendición: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” Efesios 1:3

Recuerde que un principio que dirigió la reforma y a cada movimiento que ha traído a la iglesia de regreso al sendero antiguo, es volverse a los principios y enseñanzas escriturales, pues “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Mateo 24:35.

Esa actitud, de corroborar las enseñanzas es una actitud saludable, en el libro de Hechos leemos que esa era la actitud de los creyentes de Berea “…escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.” Hechos 17:11

Además de lo corroborar cada enseñanza a la luz de las Escrituras, usted debe ver los fruto de los maestros para conocer si son verdaderos o falsos maestros (Mateo 7:20), debe saber que generalmente hablan de cosas sobrenaturales, nuevas revelaciones y acciones tendientes a la sobrevaloración de las experiencias personales (La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos. 2 Tim. 4:4 TLA); casi nunca escuchará algún tema “difícil” o “incómodo” ya que siempre van enfocados a agradar el oído de los oyentes (Porque vendrán tiempos en que no se soportará la auténtica enseñanza, sino que, para halagar el oído, quienes escuchan se rodearán de maestros a la medida de sus propios antojos. 2 Tim 4:3 BLP). Un falso maestro siempre tendrá algo malo de que acusársele y pruebas para corroborarlo; ya ejerciendo su ministerio han tenido algún divorcio o algún tema de carácter sexual ya que se caracterizan por no controlar sus deseos, son impulsivos y tienen una evidente inclinación por el dinero (1 Tim. 3:1-7); querrán aparentar una vida piadosa cuya autenticidad quedará desmentida por su conducta (2 Tim. 3:5); confunden la gracia de Dios con el libertinaje (Judas 1:4), no admiten corrección (Pero cuando Cefas fue a la ciudad de Antioquía, lo reprendí en su propia cara, porque lo que estaba haciendo era condenable. Ga. 2:11 DHH) y se proclaman como los ungidos del Señor de una manera exclusivista (contrario a lo que enseña 1 Juan 2:20, 27, que la unción acompaña a todos los creyentes) 

Observemos también que el apóstol Juan advierte en cuanto a la cantidad de falsos profetas, ¡eran muchos! tantos que tuvo que advertir que no creyeran sin antes garantizar que el mensaje escuchado realmente provenía de Dios. 

En nuestros días las cosas no han cambiado, al menos no en el sentido de la cantidad de los falsos profetas, que evidentemente siguen siendo muchos; lo que ha cambiado es la actitud de la iglesia y su tibieza para dejar que se infiltre toda clase de enseñanzas. La inmensa mayoría con solo ver luces, humo, multitudes y milagros se van de bruces. Si la iglesia de Efeso hubiera actuado como actúan la mayoría de las iglesias de hoy día, jamás hubieran escuchado: “… que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos…” (Ap. 2:2)

Es necesario pues, probar en primera instancia las enseñanzas de los nuevos “ungidos”, pero aún cuando sean personas que tengan un “recorrido” o “trayectoria” dentro del cristianismo, es necesario siempre hacerlo; el apóstol Pablo advirtió sobre el mismo y los que le acompañaban al escribir “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” Ga. 1:8; Himineo y Fileto, son una referencia específica del por qué se debe hacer así, ellos estaban en la verdad pero se desviaron, enseñando cosas que no eran conforme a la doctrina del evangelio y trastornaban la fe de algunos (2 Tim. 2:18)

Cualquiera que hable de parte de Dios debe saber que su enseñanza, su anuncio o su profecía será valorada; es una responsabilidad y un deber de la iglesia de Cristo.

Todo lo dicho anteriormente no es común; quizá quien lleve a cabo esta acción sea señalado; pero toda persona que ha pugnado por la observancia de los preceptos bíblicos siempre ha sido perseguido de una u otra forma; una frase que debe resumir nuestra actitud cuando la verdad se encuentra comprometida, es la atribuida a Atanasio en el siglo IV: “Si el mundo va contra la verdad, entonces Atanasio va en contra del mundo”. Él tuvo que escribir una obra llamada "Contra el Mundo" cuando la opinión de la mayoría era la herejía del Arrianismo. No le importó la crítica ni la persecución y combatió eficazmente esa enseñanza destructora. 

Que Dios levante más "Atanasios" en la iglesia.

jueves, 19 de mayo de 2016

De posturas y reacciones.



Una de las noticias que se están publicitando en los medios oficiales de mi país, es que la Conferencia del Episcopado Mexicano rechaza iniciativa presidencial sobre matrimonio igualitario. 

Dicha conferencia manifestó: 

"No existe ningún fundamento para similar o establecer analogías, ni siquiera remotas entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia, no pueden equipararse sin más al matrimonio, ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida, nos asegura el futuro de la sociedad" 

La Unión Nacional de Movimientos Católicos, se unió a dicha postura. 

¿Estrategia política? ¿Defensa de uno baluartes de dicha organización religiosa? ¿Obligación moral? ¿Es para mantener su imagen ante feligreses y simpatizantes? 

De cierto no lo sé; no obstante, por pretexto o por verdad, por envidia, contienda o de buena voluntad, sea una expresión sincera o no, he de reconocer la postura que han asumido, consecuentes en este acto con la obligación moral a la cual se encuentran constreñidos.

Es a propósito del rechazo de la Conferencia del Episcopado Mexicano a la iniciativa presidencial sobre matrimonio igualitario, que me pregunto, los evangélicos/protestantes, en cada una de sus representaciones y agrupaciones, ¿harán algún pronunciamiento al respecto? ¿O es que prefieren no involucrarse en cuestiones terrenales? 

¿Preferirán seguir en lo suyo? Llenando estadios, auditorios, ir a conciertos, retiros espirituales, conferencias, cruceros para matrimonios, sembrar en el reino, recoger diezmos, declarando el año de abundancia, celebrando jornadas de estudios bíblicos, atacándose o menospreciándose unos a otros, encerrándose en sus cuatro paredes, saltando, llorando, o con solemne pasividad, ante los hechos que ocurren en nuestra nación. 

Los evangélicos proclaman que México es para Cristo, y en la práctica es lo contrario, ¿quien engaña a quien? No veo algún decreto como el que hubo a consecuencia del acto de Sadrac, Mesac y Abed-nego (Daniel 3) o la ordenanza de Dario de temer a la presencia del Dios de Daniel. (Daniel 6).

Algunos dirán que no se puede hacer nada al respecto, pero nada más alejado de la realidad, claro que se puede hacer la diferencia, basta con echar un vistazo a la historia y advertir la influencia que tuvo el cristianismo en los movimientos de abolición de la esclavitud (por citar un ejemplo); los cristianos se hacen presentes en las naciones que temen a Dios. 

Las normas que rigen a un país, son resultado proporcional de la vida espiritual de sus iglesias, si algo contrario a los preceptos divinos rige la vida de un país, es indicador de lo que ocurre en lo espiritual. 

En México ¡Hay templos evangélicos casi en cada esquina! Organizaciones evangélicas de presencia nacional: Presbiterianas, Bautistas, Nazarenas, Asambleas de Dios, Movimientos Apostólicos, Casas de Oración, Metodistas, Adventistas y tantas más de presencia. local. ¿Qué postura tomarán? 

Pero seamos sinceros, la santidad al interior de las iglesias, ¿es proporcional a lo que tenemos como país? Si las iglesias se conducen con el estándar bíblico de santidad, hay argumentos para esperar un resultado distinto, caso contrario tendremos que prepararnos para el juicio divino, tanto para los siervos negligentes, como para aquellos que consciente y voluntariamente han legislado en contra de los preceptos divinos.

Yo creo que al igual que en los tiempos de Elías hay un remanente que no ha doblado sus rodillas ni lo hará a pesar de las circunstancias.  

Muchas cosas de las que hoy ocurren, deben pasar, pero eso no minimiza la responsabilidad y obligación de la iglesia ante tales eventos. El que tiene oídos para oír, que oiga.

martes, 19 de abril de 2016

El show debe terminar



Últimamente he estado pensando en ideas novedosas para mostrar que los cristianos no somos aburridos, y es que actualmente se ha vuelto una tendencia el pregonar, de cualquier manera, que el ser cristiano es divertido; usamos recursos ilimitados para mostrar a los no creyentes, una versión moderna de nuestra realidad evangélica, creando y recreando espectáculos teñidos con algo de cristianismo para cumplir con los requerimientos mínimos; por tanto, quiero poner a su consideración las siguientes propuestas:

El Big Brother Cristiano: Desde luego, el reality show contará con el mismo formato, pero con algunas características básicas, por ejemplo: no podrán decir groserías y deberán abstenerse de realizar conductas impropias, caso contrario sería expulsión automática, de igual forma un devocional diario y tiempo de oración. Se me ocurren también debates teológicos, para ello deberán elegir que los habitantes de la casa sean de formación calvinista, pentecostal, cesacionista y no cesacionista, no sé, algo que genere expectativa y polémica, pero claro al final, el show será para "edificación". Todavía faltan afinar detalles a esta propuesta, pero la idea es esa. Creo que hay futuro, a los cristianos les llama la atención el entretenimiento y que mejor que su propio formato de Big Brother, y que decir del formato VIP, con Jesús Adrián Romero, Marcos Witt, Cash Luna, Dante Gebel, entre otros.

La voz cristiana: otro reality show, pero buscando talento para alabar al Señor, desde luego cada couch deberá haber grabado más de 5 discos cristianos, y llenar estadios en sus presentaciones; los concursantes deberán pasar pruebas como cánticos espontáneos, cántico nuevo, coros del ayer, y ritmos modernos. Realmente esta propuesta resulta prometedora, ya que además de descubrir al nuevo talento, impulsará  a que se dé a conocer un ministerio y bendecir a los hermanos.

Un panel de quejas y resolución de conflictos, con temas como: "soy cristiana y me enamoré de un filisteo", "Mi esposo no convierte agua en vino, pero desaparece el vino como agua", "quiero hablar en lenguas, pero mi pastor es cesacionista" "Hice una ofrenda de fe, pero aún sigo pobre"

¿Suena algo descabellado? ¿Pero por qué? 

Los medios de entretenimiento saturan nuestra cultura.  El mundo del entretenimiento, es un gran negocio, ¿por qué dejar pasar un gran mercado? El público cristiano se encuentra tan ávido de material diferente, de sana diversión y entretenimiento, que además tenga un tinte espiritual. ¡Hay que darles lo que piden!

Hoy día encontramos desde discotecas cristianas, hasta cruceros por el caribe; la música cristiana se ha vuelto una industria con premios a lo más reconocido, ¿que sigue? Bares evangélicos, casinos puritanos, Tinder protestante (con una presentación como: "conoce una forma divertida de conectar con gente nueva e interesante a tu alrededor, que además comparta tu fe. si quieres encontrar pareja y coincidencias a través de una aplicación, entonces debes probar Tinder Protestante y olvídate de los problemas por enamorarte de yugo desigual").

Algunos medios para proveer diversión no son intrínsecamente malas. De hecho, son herramientas poderosas para ayudar a proclamar la verdad de Dios y promover la justicia. La radio, el cine, la televisión y el internet, por citar algunos ejemplos, llevan entretenimiento a millones personas, pero también son utilizados como una herramienta para la proclamación del evangelio. La capacidad para llegar a más personas con las reflexiones que aquí expongo, se ha expandido en forma importante por el uso de las nuevas tecnologías, la entrada de blog que estás leyendo es sólo un ejemplo, por tanto no me malinterpretes ni me etiquetes como el grinch del entretenimiento.

Sin embargo, la realidad es que vivimos en un mundo caído profundamente corrompido por el pecado y bajo la influencia de las fuerzas sobrenaturales hostiles. Por lo tanto, no debemos ser tan ingenuos como para pensar que todo el entretenimiento es espiritualmente neutral y seguro, como si pudiéramos sumergir nuestras mentes en todo lo que el mundo ofrece y permanecer espiritualmente ilesos. No se puede continuar ofreciendo "entretenimiento cristiano" tomando un formato de entretenimiento natural y cambiando las reglas a lo "cristianamente aceptable" para justificar su utilidad; lo natural jamás se adaptará a lo espiritual, ni lo espiritual a lo natural, una cosa se contrapone a la otra.

Si partimos de la esencia que nuestra tarea es predicar el evangelio y el Señor es quien habrá de añadir los que han de ser salvos, pondremos las cosas en la perspectiva correcta; el Espíritu Santo es el que convence, tus métodos no hacen más, o menos efectivo el llamado. Al comprender esto no te preocuparás por tener el método más vistoso o agradable, no se caerá en la tentación de usar técnicas naturales para resultados espirituales, no se apelará a la emoción, agrado o entretenimiento del público, el medio utilizado no buscará ganar el agrado del público receptor, sino solo transmitir el mensaje; el resultado es del Señor. 

Entonces, ¿cómo podemos vivir una vida cristiana coherente en nuestra cultura saturada de entretenimiento? Los que dicen tener a Jesucristo como el Señor de sus vidas están llamados a someterse a su autoridad en todos los ámbitos de la vida. Cada elección que hacemos, incluyendo la forma en que nos entretenemos, así como la forma de presentar el evangelio, deberá someterse a Su señorío.

¿Eres tú uno de los muchos cristianos que dedican horas y horas a toda clase de entretenimientos cristianos y pocos minutos a la palabra de Dios y a la oración? Muchos, en algún momento de nuestras vidas cristianas, nos desenfocamos y nos dejamos seducir. Sin darnos cuenta nos inmiscuimos en ese hábito que nos aleja de pasar tiempo con el Señor, vemos más monólogos cristianos, preparamos más coreografías, escenografías, vestuarios, presentaciones musicales, algunos ahorran y se van de crucero con los predicadores del momento, vamos a cuanto congreso rimbombante se anuncia, vamos a retiros a lugares paradisíacos, con playas, sol, arena y diversión; elegimos ir a una discoteca cristiana para "mover el bote" para gloria y honra del Señor... queremos encontrar una amplia gama de opciones para personas que prefiere satisfacer sus deseos antes que a Dios, aún cuando ello implique cristianizar algunos entretenimientos que por su propia y especial naturaleza no aportan nada al crecimiento espiritual de las personas.

Insisto, no soy el ogro del sano entretenimiento, las preguntas que debemos hacernos son: Si se retiran todos esos medios de entretenimiento, ¿Cristo sería suficiente para tenerte plenamente gozoso? ¿perseverar en la lectura y la oración es suficiente para mantenerte fielmente en cada reunión? ¿la predicación de la Palabra satisfaría cualquier necesidad? 

El show debe terminar, ese cristianismo que se vende a los sentidos, a lo que es agradable a la vista, a los oídos, que apela a los sentimientos, que tiene poco de Cristo y mucho del mundo; que suple la falta de espiritualidad con realitys shows, que seduce a personas por la presentación del mismo, quienes al igual que en la parábola del sembrador oyen la palabra, y al momento la reciben con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que son de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. 

Muchas de las veces lo hacemos sin la intención de hacer algo incorrecto, pero la sutileza del entretenimiento en muchas ocasiones te lleva tan lejos de la cruz de Cristo. Ante esta situación de amenaza debemos desafiar a la juventud y al liderazgo a llevar vidas radicales, totalmente diferentes y consagradas a Dios, que todo vaya sometido al señorío de Cristo, desde nuestro entretenimiento hasta los recursos utilizados en la proclamación del evangelio.

Piensa en tu muerte, ¿Qué te gustaría estar haciendo en esta etapa de tu vida, u horas o días, previo a tu encuentro con Cristo? 

Y todo lo que hagan o digan, háganlo como verdaderos seguidores del Señor Jesucristo, y denle gracias a Dios el Padre por lo que Cristo ha hecho por ustedes. Colosenses 3:17




jueves, 7 de abril de 2016

El engaño de la fama



Dicen que la fama lo es todo; aunque solo si tienes un rostro que lo identifique.

Y es que recientemente vi un vídeo donde Cristiano Ronaldo pasa desapercibido por una hora aproximadamente, a pesar de estar en plena plaza pública y realizando dominadas con un balón. Nadie le tomó importancia ya que estaba caracterizado con un rostro diferente.

Lo que él haga, o deje de hacer, está estrechamente ligado a su imagen; es decir podría no haber dado ni un solo toque al balón, pero con su rostro conocido hubiera sido suficiente para atraer a las personas y no pasar inadvertido.

Ese video, dejó en claro que la gente se interesa más por la fama que por el talento, ya que definitivamente el talento que mostró el "desconocido" fue el mismo talento de siempre.

Al final, un niño que no lo discriminó, fue el afortunado en darse tremenda sorpresa al saber con quién estaba jugando y se llevó el balón autografiado; es precisamente en ese momento cuando el famoso jugador se quita la caracterización e inmediatamente todos corren a tomarle fotografías, se emocionan, se juntan alrededor del ídolo del Real Madrid; todo es risas, alegría, sorpresa.

Algo semejante ocurre con muchos cristianos hoy día, se van tras la fama y no tras Dios que es quien debe ser exaltado y glorificado en todo.

Es decir, no es lo mismo decir, este sábado habrá una conferencia con Pedrito Gómez, que decir este sábado habrá una conferencia con "X" predicador internacional; todos conocemos lo diametralmente opuesto de la respuesta del público cristiano y el "arrastre" que tendrá el último caso.

Al igual que el pueblo de Israel, somos los creyentes quienes pedimos, fabricamos y realizamos nuestros ídolos, sólo queremos aquello que va acompañado de fama, sin importar si encontramos a Cristo y sus enseñanzas en medio de los grandes eventos.

El problema en este caso es que se sigue a la persona famosa y no a Cristo, ya que Él está en medio de dos o tres que se encuentren congregados en su nombre (Mt. 18:20).

Aún a Jesús, las multitudes le seguían únicamente por su fama, por lo que podían y esperaban recibir de él, por ver las señales, los milagros, por tocarle, verle, por estar cerca de Él y no precisamente para ser sus discípulos.

Desde luego que algunos encontraron bendición, tal es el caso de la mujer de flujo de sangre; pero los demás, todos los que le apretaban, únicamente estaban tras el famoso hijo del carpintero por motivos tan distintos a la mujer que fue salva y sana.

Hoy día, muchas congregaciones están llenas de personas que sólo aprietan, pocos que se acerquen con fe

Por eso existen personas que aprovechan esa oportunidad para venderse como el "ungido" de moda; ya que a esta generación le importa más el mensajero que el mensaje; vamos tras la fama tal como la ofrece el mundo, nos muestran los reinos del mundo y la gloria de ellos y corremos postrados a adorarle.

Muchos cristianos sólo buscan la popularidad de las personas, entre más reconocida y más se hable de ellas, más famosas son y más "dignas" de escuchar. Por eso existen también, muchos predicadores que prefieren evitar tocar temas incómodos o "pasados de moda" para permanecer en el ranking, en el top evangélico; y bueno, en todos lados hay gente que dice cosas bonitas y positivas, pero pocos que enseñen las verdades bíblicas, que no siempre son agradables al oído pero si necesarias para el espíritu.

Hoy día las organizaciones religiosas están más preocupadas por responder a los retos modernos, a las demandas de nuestra sociedad modernista y capitalista, aplicando métodos que satisfagan las necesidades de expansión, vendiendo la imagen de los líderes, firmando acuerdos estratégicos, publicitando la garantía de un servicio súper espiritual con milagros garantizados.

Llegar a ser famoso (popular) no es malo, el problema deviene cuando:
1. Se tiene como finalidad ser famoso (popular). Esto llevará a adecuarse a lo que el "público" pide y lo que acepta, el predicador deja de lado la esencia del evangelio y presenta un "producto" que le dé el éxito que necesita, ya que se ha extendido la idea que de no ser reconocido, no podría ser tomado como un ministerio "exitoso".
2. Las personas generamos a alguien para satisfacer nuestra necesidad de tener una persona famosa a quien idolatrar (de una manera sutil). Elegimos a alguien agradable, simpático, con quien nos identificamos, alguien que haga el papel que necesitamos y queremos... ¡nuestro predicador a la medida!

Por tanto, no debemos perder de vista que la meta del cristiano, no es la fama (popularidad), ¡sino la salvación!

Desde luego que un hombre temeroso de Dios se hará de una buena fama (un buen nombre, ser reconocidos por la honestidad y santidad, lo que no necesariamente implica popularidad).

Se puede ser famoso sin tener buena fama, para muestra cuántas súper estrellas existen que se encuentran inmiscuidos en escándalos, drogas y problemas con la ley, son populares pero sin un buen nombre debido a su conducta y a sus acciones.

Dios nos llevará a donde Él desee, sea a la corte de un rey como Daniel, a ser Rey como David o al desierto cómo a Moisés, aunque en el proceso tengamos que estar en el foso de los leones o pasar años en la cárcel como José; el Señor permitirá que se haga descender fuego del cielo como a Elías, o a no hacer un solo milagro como Juan el Bautista. La fama de ellos no dependió de lo que las multitudes pensaban, su fama dependía de que sus acciones estaban encaminadas a agradar a Dios y nada más.

Seamos íntegros, caminemos en santidad y honestidad ante el Señor, no busquemos nuestra popularidad, ni la de otros, eso siempre es pasajero y efímero; Jesús mismo fue popular en medio de su ministerio, pero al final todos le abandonaron.

Es necesario pues que busquemos a Cristo y sólo a Él, su reino y su justicia, lo demás será añadidura.

lunes, 14 de marzo de 2016

Los disidentes


Contracorriente fue el título del último blog, y no es nada fácil vivirlo cuando de profesar la fe bíblica se trata, alguien dijo que predicar el evangelio entre los religiosos de hoy día, generalmente es meterse en peor guerra que predicando el evangelio a los no creyentes; y es que sinceramente, es moda que cada quien interprete como mejor le conviene y de acuerdo a sus intereses. 

Es ese el gran problema de la religión hoy día, todos quieren estar "actualizados", tener la última novedad de revelación, o una predicación que nos acepte con nuestro estilo de vida sin que implique ninguna clase de compromiso de santidad; actualmente se trata de amoldar a Dios a nuestra imagen y semejanza, que el Creador se amolde a las criaturas; casi nadie quiere caminar el sendero revelado de antemano en las Escrituras.

Pocos son los que hablan con autoridad sobre el pecado, de la negación de sí mismo, del arrepentimiento, del abandono de la avaricia, de renunciar a la amistad con el mundo y sus deseos, del contentamiento que el cristiano debe tener, de la paciencia, de la prueba, de la conversión genuina, el nuevo nacimiento, la piedad,  pocos consideran la palabra de Dios como única fuente de fe y conducta, nadie enseña sobre humildad, de adoración, dejar el amor al mundo, el cristianismo histórico, la senda antiguas, que mejor es dar que recibir, de la aflicción, etcétera.  

Lutero dijo: "No oponerse al error es aprobarlo; no defender la verdad es negarla." Así que la verdad es mi estandarte, cueste lo que cueste, incomode a quien incomode.

Hablar y enseñar la verdad es muchas veces muy difícil, pues es más fácil engañar a una persona que convencerla que ha sido engañada; sacarla del error es más difícil que enseñarle a practicar nuevos errores.

A pesar de ello, he decidido hacer la diferencia aunque cueste, no importa cuantos o quienes se molesten, he sido tomado por soldado por quien entregó su vida por mi, por tanto todo se lo debo a él; no sé si mi decisión y disposición sea suficiente para exterminar las falsas enseñanzas de en medio de mi generación, pero no callaré ante lo que he sentido en mi corazón, aquello que resulta ser el peso de mi misión, proclamar las buenas nuevas de Cristo Jesús y la majestuosidad de su salvación de conformidad con las Escrituras y nada más.

Muchas veces he sentido el deseo de escribir cosas que sean del agrado de los lectores, cosas que alienten su comodidad, que no incomoden a nadie, que den muchos likes en redes sociales, que me permitan darme a conocer como un escritor que agrada leer, que habla positivo, que consuela el alma, que apela a las emociones, que dice "paz", "paz", sin interesarme si la hay o no, que presenta un evangelio moderno y de conformidad a las expectativas del cristianismo contemporáneo, temas que sean del agrado del hombre y de sus razones.

Sé que no soy el único, hay muchos más que no han doblado sus rodillas ante Baal, y cuando siento desfallecer recibo fortaleza de lo alto, escucho en mi interior "Levántate y come, porque largo camino te resta". En ocasiones resulta desgastante ser el "inconforme" o el "negativo", pero sinceramente América Latina y el mundo está cansada de lo mismo, personas y líderes religiosos que sólo buscan su protagonismo, que sólo velan por sus intereses sin importar que lleven a una generación con rumbo al abismo.

Estas cortas líneas van para ti, para que cuando sientas desfallecer sepas que no estás sólo, que cuando voltees a ver la condición superficial y religiosa de tu comunidad de creyentes, puedas sentirte privilegiado de estar despertando de un letargo espiritual, de ser parte de esta reforma contemporánea, no te rindas, no desmayes, no te desalientes, aférrate a las Escrituras las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús,  persiste en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido. 

Es posible que muchas veces te sientas agotado, realmente cansado, pero creo que es parte del proceso; no desistas. 

Quise usar algunas palabras del pastor Chuy Olivares para concluir en esta ocasión, pero definitivamente, considero de más provecho dejarte su opinión completa, quizá te identifiques como un "inconforme" más, si es así, bienvenido con los disidentes de la religión tergiversada.

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¡Me cansé! 

Pastor Chuy Olivares.

¡Me cansé! Sé que seré criticado. Conozco muchos pasajes de la Biblia que prometen dar fuerzas al que no tiene ninguna. Sé que la Biblia dice que el puede aumentar mis fuerzas como las del búfalo. También sé que Jesús puede aliviar mi cansancio.

También sé que algunos me criticarán y dirán ¡que negativo! Sin embargo, no puedo disimular: ¡¡¡me encuentro exhausto!!!

Aclaro, no estoy cansado de Dios ni mucho menos, tampoco del ministerio ¡Es un privilegio servir a Dios! Cada día pongo todo el corazón en lo que hago; amo a Dios por sobre todo, amo a mi familia y a mis amigos, mi congregación. ¡He recibido tanto de Dios!

Entonces ¿Cansado de qué?

Me aflige hasta el cansancio escuchar "los mensajes” de aquellos "que se enriquecen con el evangelio". Ya no aguanto más que se tomen textos fuera del contexto, para "apoyar su avaricia", y vender sus revelaciones al mejor postor. Destruye mi ser interior, porque sé que les están tomando el pelo.

Me cansé de oír programas de radio donde los pastores no predican el verdadero evangelio... solo saben"pedir dinero", dinero y más dinero… ¡No saben otro tema!

Cansado estoy de la llamada T.V. “Cristiana”, que vende los milagros por 70 dolares al mes, ”Pacte”, ”Pacte”, ”Pacte” con Dios, dicen, eso me hace inevitablemente volver al oscurantismo de la edad media, “por cada chelín que deposite en el arca, usted recibirá las bendiciones de Dios” dicen los modernos Tetzéles (Tetzél, Monje que vendía las indulgencias en Alemania durante el siglo XVI)

Estoy cansado de escuchar …“Siembre una semilla en mi ministerio” ¡ uf ,uf y re contra uf!!!
Estoy cansado de “Cubrirle las espaldas”a todos esos delincuentes metidos en la iglesia, ¡ya no puedo más! 

Hastiado estoy de conciertos “para la gloria de Dios” , y ¿que de las brujerías metidas en la iglesia?: “Invoco la prosperidad en tu vida”, "Decreto una vida de éxito para ti”, “Desato las riquezas para ti “.

Me cansé de estar explicando la diferencia entre la verdadera fe bíblica y las creencias populares supersticiosas que enseñan los “Apóstoles y Profetas” modernos.

No aguanto más cultos para atar demonios o para quebrar las maldiciones que están sobre México y sobre el mundo, que no tienen efectividad alguna, pues no tienen base bíblica . Seguramente “atan”a satanás con una cadena tan larga que llega hasta la luna, porque anda tan suelto como siempre, y los hermanos. atando y atando...

¡Estoy exhausto! Ya se les acabaron los nudos. Cada reunión lo atan... ¿ Y se suelta entre semana? …¿Para volverlo atar el siguiente domingo?

Me cansa la aburrida repetición de las teologías sin base bíblica. Estoy cansado de oír “No juzguéis, para que no seáis juzgados”, estoy cansado de que los predicadores les pongan bozal a las ovejas y que les digan “No toquéis al Ungido de Jehová”, en lugar de decir como Pablo,”Todo lo que oísteis y visteis y aprendisteis de mi ESTO HACED, y Dios estará con vosotros”.

Me cansan los súper-ungidos que te hacen viajar a donde viven para imponerte las manos y "Transmitirte la visión”. Que doloroso es observarlos sin la verdadera unción del Espíritu Santo, buscan crear "ambientes espirituales con gritos y manifestaciones emocionales".

No hay nada más desolador que un culto carismático con excelente sonido y luces multicolores, humo que pretende ser la “Nube de gloria de Dios”, pero sin vitalidad espiritual, el ruido los gritos y el desorden, las luces y el humo, no son espiritualidad.

Me cansé, incluso, de los chistes trillados sobre Pedro y muchos otros.

Cuantos “Comediantes cuenta chistes”... estoy tan abrumado...

Y del último grito de la moda evangélica… Viajar en "El Titanic de la bendición" por el Caribe, acompañado de los cantantes cristianos más famosos y que han ganado Grammys, y con los mejores MOTIVADORES que te rascaran el oído con sus chistes y grandes revelaciones sobre el éxito y la prosperidad.

Me cansé de ver “Evangelistas” que tiran el saco a las multitudes para recibir “La unción de Dios”. Me dejan abrumado, al verlos “caer bajo el poder el Dios” para ser filmados en vídeo y después decir: ¡Avivamiento! 

¿Avivamiento o Agitamiento? o ¿Aviva……..Miento?

Me cansan las preguntas que me hacen sobre la “vida cristiana”. Recibo todos los días correos electrónicos de personas que me preguntan si pueden ir a fiestas del mundo, hacerse tatuajes, danzar, caer en “El espíritu” , ”reírse santamente” recibir tratamiento con acupuntura, practicar karate y hasta yoga. La lista es enorme y parece inacabable. Me cansa ese “cristianismo” mediocre tercermundista, carnal y ciego.

Me cansan los libros de escritores norteamericanos evangélicos traducidos al español. Ya no aguanto más libros de veintiún pasos para un liderazgo exitoso, ¿Súper cristianos en 40 días?, todos estos best sellers solo han venido a mostrar la verdadera condición de la iglesia… Miseria espiritual, ¡IGNORANCIA DE DIOS Y SU PALABRA Y ANOREXIA ESPIRITUAL! 

No logro entender como una iglesia necesita copiar los ejemplos de Centro y Sudamérica. Me cansé de tener que opinar si estoy de acuerdo o no con el nuevo modelo de igle-crecimiento copiado de la mercadotecnia secular y que está siendo adoptado POR TODO EL MUNDO ENTERO.

Me desespera tener que explicar que no todos los pastores son fraudulentos y mentirosos, aduladores y de doble moral. No existe nada más extenuante, desgastante y agotador que tener que demostrar, a familiares y amigos cristianos y no cristianos, que aquél último escándalo de la farándula cristiana es una excepción. “No todos somos iguales”, ¡ya me cansé de repetirlo!

Me cansé de los hambrientos de poder, de reconocimiento y de poder POLÍTICO , EL LIDERAZGO ESTÁ ENFERMO DE “APOSTOLITIS” AGUDA. Me cansé de los que presumen ser “Doctores” en teología con su título que consiguieron por 1500 dolares en Internet. No soporto escuchar que otro más se auto-proclamó “PROFETA”Y“ APÓSTOL”.

Sé que estoy cansado, sin embargo, seguiré adelante , ya no puedo volver atrás.

Es hora de emprender el regreso PERO HE DECIDIDO no participar más en el “Cristianismo”que fabrica becerros de oro y vacas sagradas. No me pelearé por los primeros lugares en los eventos más renombrados que organizan las mega-iglesias. Jamás ofreceré mi nombre para componer la lista de oradores de cualquier conferencia DONDE SE COBRE LA ENTRADA. Renuncio a querer adornar mi nombre con títulos de cualquier especie. No deseo ganar aplausos de auditorios famosos.
Buscaré la convivencia de CRISTIANOS Y DE PASTORES QUE NO TENGAN ESPÍRITU DE PLATAFORMA!!!

Posiblemente dirás…”Que frustrado y negativo te ves y te oyes”... Sí , lo estoy, pero no de Jesús y su hermosa palabra que alumbró mi caminar, sino de las mentiras, fraudes y corrupción de los que se auto denominan “Ungidos de Jehová”.

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jueves, 3 de marzo de 2016

Contracorriente


Algunos me han preguntado si soy cristiano o anti cristiano. Para algunos puedo ser lo primero, para otros lo segundo, todo depende de la concepción que tengan de qué es un cristiano.

La verdad no me preocupa en cual de los dos rubros piensan que estoy, concuerdo con lo dicho por Tomás de Kempis en el siglo XV, ya que no soy más porque me alaben, ni menos porque me critiquen; lo que soy delante de Dios, eso soy y nada más.

En ocasiones ir en contra de la corriente te segrega, te pone al margen, te hace huir al desierto, querer encerrarte en una cueva, pero es también un momento en el que recibes fuerza de lo alto y escuchas un: Levántate y come, porque largo camino te resta (1a. de Reyes 19:7).

No soy una voz autorizada dentro del gremio, pero casi nunca ha salido de la religión establecida, una voz que denuncia el alejamiento de las Sagradas Escrituras. Más bien podría decir como el profeta Amos cuando respondió al sacerdote Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel. (Amós 7:14-15).

Mi corazón se inquieta al ver el estado actual de la iglesia de quienes dicen profesar la fe en Cristo, y me inquieta aún más al ver que para muchos se está en una época gloriosa, esplendorosa y de refrigerio, como los de Laodicea, se sienten ricos y que no tienen necesidad de nada.

No busco contender, reiteradamente he expuesto la unidad más allá de las formas. Muchas veces lo que hago es mostrar un cuadro típico y quien se refleje en él, definitivamente tiene mucho para reflexionar. No hago referencias a nombres o personas en específico, sino conductas y enseñanzas que no concuerdan con el patrón bíblico, o bien, enseñanzas que están siendo expuestas fuera de contexto, para formar un pretexto que se acomode a intereses personales. Desde luego amigos, no deben de estar de acuerdo en todo lo que escribo, con lo único que tienen que estar de acuerdo es con las Santas Escrituras y si algo de lo que digo no concuerda con ello, se debe desechar inmediatamente.

Y es que como mencioné en la última publicación, actualmente y con demasiada frecuencia, se presenta al evangelio como un medio para obtener la felicidad, la paz mental y la seguridad. Incluso están aquellos que usan la Biblia para relajarse, como si de un libro de auto-superación se tratara. 

Se descubrirá cuánta equivocación hay en todo esto con sólo leer el Nuevo Testamento completo y meditando en él. Podemos observar que el énfasis no radica en la felicidad, sino en la salvación y la vida de santidad como consecuencia de ella. Dios se preocupa más por el estado del corazón de las personas que por el estado de sus sentimientos. Cuando alguno de sus discípulos etiquetaron una enseñanza de Jesús como "palabra dura", el Maestro no se preocupó por herir o no sus sentimientos, su palabra siempre fue verdad y con autoridad, nunca comprometió el mensaje a causa de sus oyentes, sin importar de quien se trataba o las consecuencias que trajera.

Sin lugar a duda, la voluntad de Dios finalmente trae felicidad a aquellos que le obedecen, pero lo más importante no es cuán felices seamos, sino que seamos salvos por la fe en Jesucristo y la evidencia en santidad de esa nueva vida. Con esa verdad presente, desde luego que el evangelio es mucho más que una invitación a la tranquilidad o a la felicidad.

Como creyentes deberíamos estar prevenidos para rechazar toda apelación al público en el nombre de Cristo que no va más allá de una invitación a la tranquilidad, o que solamente resulta ser un mensaje que sirve para atenuar, suavizar o encubrir los efectos de una vida pecaminosa, dando una  falsa expectativa. Tal enseñanza debe ser reconocida como simple humanismo, que contienen unas pocas palabras acerca de Jesús, para hacer parecer que pertenece al cristianismo.

¡Cristo llama a los hombres a llevar una cruz; nosotros los llamamos a que sean felices en su nombre! Los llamamos a auto-realizarse, a cumplir sus sueños y no la voluntad del Padre, que casi siempre difieren de nuestros pensamientos; buscamos primeramente las añadiduras, simulando buscar el reino de Dios y su justicia; justificamos el vivir bajo la gracia para mantener un estilo de vida natural y de amistad con los deseos y placeres carnales.

Cristo nos llama a abandonar el mundo, y nosotros les aseguramos que si tan sólo aceptan a Jesús el mundo será su laurel. Él los llama a sufrir, y nosotros les decimos que disfruten de todas las comodidades burguesas que ofrece la civilización moderna. Él los llama a negarse a sí mismos y a morir; nosotros los invitamos a esparcirse como majestuosos árboles frondosos o quizás a convertirse en estrellas de un despreciable zodiaco religioso de quinta categoría. Él los llama a una vida de santidad; nosotros los llamamos a una felicidad barata que el menor de los filósofos estoicos hubiera rechazado con desprecio.

Sólo es verdaderamente cristiano, aquello que concuerda con el espíritu y las enseñanzas de Cristo. Todo lo que sea extraño a la naturaleza de nuestro Salvador y contrario a las enseñanzas y prácticas de sus apóstoles es anticristiano, sin importar de dónde emane.

Hemos llegado a establecer nuestro reino en la tierra, complacidos con los resultados, de labios decimos «Venga tu reino; hágase tu voluntad», sin darnos cuenta de las implicaciones espirituales de esta intercesión, ni deseando que eso en realidad ocurra. El reino de Dios nunca puede consumarse en mi vida hasta que mi reino egoísta haya sido depuesto. Cuando yo renuncie, cuando no sea más rey de mis dominios, entonces Jesucristo podrá convertirse en rey de mi vida». Creo que muchas veces debemos decir: «Salga mi reino, venga el tuyo.»

Y es que resulta alarmante la cantidad de experiencias seudo-religiosas que producen mucha alegría carnal, que alimentan la carne y envanecen el corazón con amor propio. Históricamente se ha advertido y se ha denunciado sobre ello, pero desafortunadamente se repite con frecuencia cuando nos apartamos de las Escrituras.

A. W. Tozer, nos muestra una buena regla al respecto: Nada que provenga de Dios apelará a mi orgullo o a mi auto-congratulación. Si me siento tentado a sentir complacencia o superioridad a causa de una experiencia espiritual avanzada, inmediatamente debo caer de rodillas y arrepentirme. ¡He caído víctima del enemigo!

La iglesia cristiana está llamada a vivir en un plano tan alto que ningún ser humano puede vivir de esa manera por su propia habilidad y poder. Tarde o temprano caerán en cuenta de su inhabilidad natural para lograrlo y se rendirán ante su Señor. El cristiano más humilde está llamado a vivir un milagro, una vida que es moral y espiritual, con tal intensidad y pureza que ningún ser humano podría vivirla, sólo Jesucristo pudo hacerlo. Dios quiere que el Espíritu de Cristo venga sobre su pueblo, una invasión de lo alto que nos "afecte" mental, moral y espiritualmente. Nos desgastamos queriendo vivir como Cristo, cuando en realidad se trata de Cristo mismo viviendo en nuestras vidas.

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20

Por desgracia hemos pasado del plano espiritual al terreno natural y material. Gran parte del cristianismo parece ser objeto de transacciones mercantiles y planeación mercadológica o de administración, se tiene una apreciación de que las cosas espirituales y agregados, pertenecen a organizaciones y corporaciones, aunque de nombre se llamen "iglesias" algunas resultan ser simples transnacionales que comercian con el evangelio. En la mayoría de las veces, tengo mis reservas acerca de las señales y maravillas que necesitan ser organizadas, que demandan el cumplimiento de condiciones previas, un gran camión con luces, cámaras y tantos requerimientos, que de no cumplirse no se lleva a cabo lo previsto ¡Dios no está limitado a eso!

El cristianismo se ha apartado del modelo enseñado en el Nuevo Testamento, y muchos dicen que eso está desfasado, pasado de moda, que los tiempos cambian; que volver a las cosas que se hicieron antes es volverse a un cristianismo histórico y muerto. Estoy completamente de acuerdo con que los tiempo cambian, pero no estamos hablando de leyes humanas que tienden a cambiar conforme a la sociedad, en este caso nos referimos a principios eternos, dados por un Dios inmutable, que es el mismo de ayer, hoy y siempre. El ser humano tiene la tendencia de alejarse de los principios divinos, pero todo avivamiento ha tenido como característica volver a los principios Neo-testamentarios y a la infalibilidad de la Palabra de Dios.
 Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. 
 Jeremías 6:16

¿Cuánto trabajo inútil en el nombre de la religión se hace basado en el deseo carnal de obrar bien? ¿Cuántas horas de oración se pierden rogando a Dios que bendiga proyectos que están destinados a glorificar a los pequeños hombres? ¿Cuánto dinero que le pertenece a Dios se vierte en hombres que, a pesar de su apelante tono de voz, no procuran otra cosa más que lograr un espectáculo agradable en la carne?

Es necesario pues, que entre otras cosas, los líderes dejen de ser personas que busquen los reflectores y la fama religiosa, para conducirse de la misma forma en que su Maestro lo hizo, teniendo por galardón cuando toda la gloria se atribuye a Dios y ellos son simples instrumentos.

El verdadero cristiano debe apartarse de todo eso. Ningún hombre puede ser merecedor del éxito hasta que no esté dispuesto a fracasar. Ningún hombre es moralmente merecedor del éxito en las actividades religiosas hasta que no esté dispuesto a que otro reciba el honor del éxito, si Dios así lo desea.

Dios permitirá que su siervo tenga éxito cuando lo haya disciplinado a tal punto que no necesite del éxito para ser feliz. El hombre que se siente gozoso cuando triunfa y frustrado cuando fracasa, todavía es un hombre carnal.

Nuestro honor se halla basado en ser justamente lo que Jesús fue y es; en ser aceptados por aquellos que lo aceptaron a él, rechazados por aquellos que lo rechazaron a él, y amados por aquellos que lo amaron. ¿Qué gloria mayor puede alcanzar un hombre?

Si la iglesia fuera un cuerpo puro, lleno del Espíritu, totalmente guiado y dirigido por consideraciones espirituales, con seguridad, los hombres y las mujeres más santos y más puros serían los más apreciados y honrados, pero sucede exactamente lo contrario. Ya nadie valora la santidad, excepto los muy ancianos o los que están muertos.

Las almas de los santos son olvidadas en el remolino de la actividad religiosa. Se procura todo lo ruidoso, lo que hace valer sus derechos, lo que entretiene, y se lo recompensa de todas las formas posibles, con regalos, con multitudes, con ofrecimientos y publicidad. Aquellos que se parecen a Cristo, los abnegados, los que pertenecen a otro mundo son empujados hacia un lado para dar lugar al último hombre mundano que generalmente tiene poco de convertido y mucho de mundano.

Toda esta filosofía ciega que ignora las cualidades eternas y que se especializa en trivialidades es una forma de incredulidad. Estos cristianos que representan tal filosofía están reclamando una recompensa presente; son demasiado impacientes como para esperar el tiempo del Señor.

El verdadero santo ve más allá de esto; poco le importan los valores pasajeros; él mira ansioso el día en que las cosas eternas sean reconocidas, y en que todo lo que importe sea la santidad.

El cristiano sabio estará satisfecho de esperar ese día, y mientras tanto servirá a su generación en la voluntad de Dios y precisamente ese servicio a su generación será causa de bendición a los que los rodean, tal como José lo fue para los egipcios.

La evidente disparidad entre la teología y la práctica, en quienes profesan el cristianismo, es un mal más destructor que el comunismo y el liberalismo combinados, en cuanto a los efectos que tiene sobre la religión cristiana. 

Un observador inteligente de nuestro cuadro humano, que escuche el sermón del domingo por la mañana, y por la tarde observe la conducta de aquellos que escucharon el sermón, llegaría a la conclusión de que habría estado examinando dos religiones distintas y contrarias.

Es necesario evaluar y revisar la práctica de las iglesias con los preceptos bíblicos, sólo entonces sabremos si no somos uno mas de esos que de labios profesan una cosa, pero que no hacen la voluntad del Padre. Una persona puede dar su aprobación con la mente y disfrutar con sus emociones en una congregación, salir superficialmente justificado, pero sin un cambio interior, ya que su voluntad continua arrastrando sus pies y se rehúsa a asemejarse a la vida cristiana genuina; pero como Cristo no apela a las emociones ¿no tenemos justificadas razones para preguntarnos si estas almas divididas alguna vez se han entregado verdaderamente al Señor?

Los cristianos hemos caído en el hábito de aceptar a los más ruidosos y a los más destacados entre ellos como los mejores y los más grandes. Ellos también han aprendido a igualar la popularidad con la excelencia. En abierto desafío al Sermón del monte, los cristianos han dado su aprobación a quienes hacen sentir sus derechos en lugar de los mansos; a los seguros de sí mismos, en lugar de a los que lloran; a los cazadores de publicidad que buscan estar en los titulares, en lugar de los puros de corazón que ven a Dios.

Algunas personas pueden alarmarse ante la sugerencia de que existe una diferencia entre poseer «enseñanza bíblica» y poseer «enseñanza «espiritual». ¡Sin embargo, es así!

Es muy posible tener instrucción sobre temas de la fe y, sin embargo, no tener una verdadera comprensión de todo el asunto. Es posible convertirse en un experto en doctrina bíblica y no tener iluminación espiritual, con el resultado de que un velo permanece sobre la mente impidiendo que ésta aprehenda la verdad en su esencia espiritual, convirtiendo a las personas en simples religiosos.

La persona que busca las mejores cosas de Dios, siempre está deseosa de escuchar a todo aquel que ofrece una nueva manera de obtenerlas. Sin embargo, esta característica puede representar una amenaza sino se es cuidadoso y apegado a las Escrituras. He conocido a cristianos que fueron conducidos a experiencias emocionales que estaban más allá de su poder de comprensión, y han preguntado ansiosamente si esta experiencia provenía de Dios, desviándose en ocasiones hacia lo puramente emocional.

Por ello siempre se debe considerar algo que A. W. Tozer señala: ‘¿Qué ha aportado esta experiencia a mi relación con el Señor Jesucristo y a mi actitud hacia él? ¿Amo más a Dios? ¿Jesucristo es todavía para mí el centro de toda doctrina verdadera? ¿Todavía estoy de acuerdo con que todo lo que tienda a hacer que Jesucristo sea menos de lo que Dios ha declarado que es, debe ser rechazado?’. Otra vez: ‘¿Cómo ha afectado mi actitud hacia las Sagradas Escrituras? ¿Este nuevo punto de vista de la verdad brota de la misma Palabra de Dios o es el resultado de algún estímulo ajeno a la Biblia?’.

Hoy día, cuando los cristianos se reúnen, no esperan que suceda nada fuera de lo común; consecuentemente, sólo sucede lo habitual, y esto es tan predecible como la puesta de sol. Esto es más evidente en aquellos grupos que tienen un esquema litúrgico definido (liturgia romana, protestante, etc.). Pero aún en aquellas, que no tienen un conjunto de prácticas establecidas que regulan el culto y las ceremonias religiosas, conocen que en cada servicio habrá algo que saben que tiene que ocurrir:  "una unción fresca en la ministración", "una alabanza poderosa", muchas veces ya saben el esquema mental de como han de suceder las cosas en el desarrollo del culto y únicamente se limitan a lo que ahí pueda ocurrir.

Los agobiados esclavos de la aburrida rutina encuentran que es imposible esperar algo mejor. Actualmente necesitamos un espíritu fresco de expectativa que emane de las promesas de Dios y que se hagan reales cada día, sin limitarse a un sólo momento en la semana. Debemos declararle la guerra a este espíritu de apatía, y reunirnos con fe infantil. Sólo entonces podremos conocer nuevamente la belleza y la maravilla de la presencia del Señor entre nosotros.

La clase de cristianismo que descansa en la influencia de su poder humano y terreno enferma a Dios, porque la iglesia de Jesucristo es una institución que trasciende en todo a lo meramente psicológico y emocional, es mucho más que estructuras y tradiciones.

Debemos esforzarnos porque nuestras creencias y prácticas sean neo-testamentarias en su contenido. Debemos enseñar y creer las verdades del Nuevo Testamento sin que se infiltren cosas del exterior.

Debemos mantener saludable la parcela de plantío divino, y existe una sola manera de hacerlo: ¡Permanecer fieles a la Palabra de Dios! Constantemente debemos remitirnos a los fundamentos, y hacer que la Palabra more en la iglesia.

Hemos estado tratando de sustituir la obediencia por la oración, y esto sencillamente no funciona. Una iglesia, por ejemplo, sigue sus tradiciones sin pensar demasiado si éstas están de acuerdo a las Escrituras o no. En otras ocasiones la iglesia se rinde a la presión de la opinión pública y se deja llevar por tendencias populares que la apartan del modelo del Nuevo Testamento.

Los libros les dicen qué hacer: ¡Oren! El evangelista que está de paso conforma lo que los libros dicen: ¡Oren! Por lo tanto, el pastor llama a la gente a orar. Frente al entusiasmo de la misma, parecería por un momento que el avivamiento está en camino. Pero como no llega, el celo por la oración comienza a decaer. Pronto, la iglesia vuelve a su condición anterior y el desaliento se apodera de cada uno. ¿Qué es lo que ha estado mal?

Simplemente esto: Ni los líderes ni la gente ha hecho ningún esfuerzo por obedecer a la Palabra de Dios. A ellos les parece que toda su debilidad está basada en no orar lo suficiente, cuando realmente y de muchas maneras, eran deficientes en el vital asunto de la obediencia.

Debemos erradicar la noción de que así como los tiempos cambian, la iglesia debe cambiar con ellos o que los cristianos deben adaptar sus métodos de acuerdo a las demandas de las personas. Los principios de Dios son eternos, desviarnos de ellos, comprometer su mensaje tendrá consecuencias en la comunidad en la que nos desenvolvemos.

Cualquier evangelismo que apele a los intereses comunes y a las disertaciones sobre los asuntos de actualidad para establecer un campo común donde el pecador se pueda sentir como en casa, es tan falso como lo eran los altares de Baal.

Cualquier esfuerzo por suavizar el camino del hombre y por quitar la culpa y la vergüenza, es algo peor que tiempo perdido, es malo y peligroso para las almas de los hombres. Necesitamos urgentemente cristianos bíblicos, cristianos que hagan la voluntad del Padre, que vivan lo que creen, que muestren a Cristo en sus vidas, cristianos que no deseen llamarse cristianos sino que deseen parecerse a Cristo, negarse a si mismos, tomar su cruz cada día y seguirlo en medio de una generación decadente y necesitada del evangelio puro que emana de las Sagradas Escrituras, sin ser adulterado con pensamientos humanos, sin manipulación de emociones, sin tradiciones huecas, sin rituales vacíos, sin las cargas pesadas de la religiosidad, sin intereses económicos, y tantas cosas más que han adulterado la esencia del Evangelio hasta tal punto de hacerlo uno completamente distinto.

¿Y tú? ¿Estás conforme o necesitas inconformarte?
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. 
Romanos 12:2 (NVI)

jueves, 25 de febrero de 2016

Consintiendo la decadencia moral.


Últimamente he observado un fenómeno muy evidente en la sociedad contemporánea, salta a la vista el hecho innegable de que se han perdido valores y principios fundamentales que trajeron como consecuencia la desaparición de conceptos, situaciones y costumbres que antes eran impensables que sucedieran. 

Se han aceptado conductas que en otro tiempo hubieran sido rechazadas de inmediato, no solo desde la perspectiva religiosa, sino desde la perspectiva moral y social.

A alguien se le ocurrió "modernizar" la sociedad, dejando de lado principios eternos para acomodarlos a realidades temporales, con la única finalidad de dar gusto a los oídos que nunca se sacian de escuchar y a los ojos que nunca se sacian de ver.

¡Ay de los que llaman a lo malo bueno
y a lo bueno malo,
que tienen las tinieblas por luz
y la luz por tinieblas,
que tienen lo amargo por dulce
y lo dulce por amargo!
Isaías 5:20 (Nueva Versión Internacional NVI)

La gente piadosa ha sido eliminada del país,
¡ya no hay gente honrada en este mundo!
Todos tratan de matar a alguien,
y unos a otros se tienden redes.
Nadie les gana en cuanto a hacer lo malo;
funcionarios y jueces exigen soborno.
Los magnates no hacen más que pedir,
y todos complacen su codicia.
Miqueas 7:2-3 (NVI)

De cierta forma, el resultado de la decadencia moral que vive la sociedad hoy día, es resultado de haber abaratado el estándar moral, bajo el argumento de modernización o libertad de conciencia, cuyo único resultado es lo que vemos en la actualidad. 

Nos quejamos de muchas cosas, preguntamos qué se ha hecho mal, culpamos a las instituciones de gobierno, a nuestros antepasados, a los políticos, a la religión o a todo lo que se nos pueda ocurrir; pero la verdad es que, lo que tenemos hoy, es lo que como seres humanos hemos elegido: una vida haciendo lo que mejor nos parece según nuestro criterio, dando satisfacción a nuestros propios deseos, siendo ególatras, perdidos en la auto-satisfacción y el culto a la personalidad, pero sobre todo hemos decidido darle la espalda a Dios y a su Palabra.

Para muchos pudiera ser imposible que esa sea la causa, al menos en América, en la cual las Sagradas Escrituras se enseñan y se predican cada semana. Pero el resultado salta a la vista.

Para aquellos que asisten a las iglesias, el problema son los demás, los incrédulos, los que no siguen a Dios; pero la realidad social, resulta ser un indicativo de la "salud espiritual" de la iglesia local. Es imposible tener "paz" en una ciudad y continuar sin el impacto consecuente de la presencia de Dios, es imposible ser una ciudad, poblado o nación con alto número de cristianos y tener una sociedad podrida; o hay persecución, o hay una sociedad con bienestar a causa de los hijos de Dios; no hay punto intermedio, en el que la sociedad va con dirección al cataclismo y los creyentes encerrados en su burbuja religiosa.

En el libro de Génesis, vemos la historia de José, fue perseguido y encarcelado, para posteriormente influir y gobernar a favor de los egipcios, librando a toda una nación no temerosa de Dios de una situación desastrosa.

Así podemos mencionar a Daniel, que después que fue puesto en el foso de los leones, gracias a su testimonio y fidelidad, se emitió ordenanza real:
De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin.
Daniel 6:26
En la carta que escribió el profeta Jeremías a los cautivos en Babilonia, los exhorta a procurar el bienestar de la ciudad adonde el Señor los había deportado, y pidieran al Señor por ella, porque el bienestar de ellos dependía del bienestar de la ciudad. Jeremías 29:7

Babilonia podría ser en mucho, semejante a nuestra sociedad actual. Dentro del argot cristiano, representa el pecado del mundo y el estilo de vida alejado de Dios, entre otras cosas. Pero al pueblo de Dios se le indica que deberá procurar el bienestar de la ciudad, no como resultado de una acción fortuita o producto del azar, sino como una acción positiva, activa, que no es a consecuencia de un evento inesperado, sino de la acción, presencia y oración del pueblo de Dios.

Infortunadamente, en muchas partes de América, hay iglesias locales que tienen la actitud de la iglesia de Laodicea:
Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; Apocalipsis 3:17a
Creen no tener necesidad de nada, que lo tienen todo, sin importarles la condición real, se guían únicamente por apariencias, mucho menos les importa la condición de la comunidad que les rodea, asumiendo que lo que ocurra afuera es no es problema de ellos; mientras no tengan persecución y cumplan con sus gestos de adoración (sin adorar en verdad), que la tierra gire y se despedace, porque sólo esperan la promesa de su Señor.
y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Apocalipsis 3:17b
Pero el hecho de tener una sociedad destrozada desde sus entrañas, definitivamente es resultado de la inoperancia, religiosidad y falta de espiritualidad de las congregaciones, las cuales se conforman con ser tan solo oidores, y no hacedores de la Palabra.

Así como en la sociedad se han diluido principios, y se ha errado en el camino, al interior de la iglesia eso ha ocurrido siglo tras siglo. El mismo fenómeno se repite con el paso del tiempo, por eso siempre se hace necesario un avivamiento de parte de Dios, no un avivamiento emocional, lleno de apariencias y auto-satisfacciones religiosas, sino un avivamiento que conmueva desde las mismas entrañas a la iglesia, que la haga volver a las Escrituras, en la que se tiene convicción de pecado, donde se predique el evangelio como poder de Dios para salvación, produciendo el milagro más grande: el nuevo nacimiento.

En muchas partes se necesita abrir los ojos a nuestra realidad, de que no somos como decimos ser; que no somos ricos y que si tenemos necesidad, sólo entonces podremos ser luz en medio de las tinieblas y procuraremos activamente el bien de nuestra sociedad, porque en su bienestar encontramos el nuestro. 

Nos hemos conformado con presentar el evangelio como un medio para obtener la felicidad, la paz mental y la seguridad emocional. Resulta alarmante la cantidad de experiencias seudo-religiosas que producen mucha alegría carnal, que alimentan la carne y envanecen el corazón con amor propio.

Otra situación que ha evitado alcanzar a nuestra sociedad, es el cristianismo silencioso. Esta silenciosa religión que se disculpa diciendo: «No tengo nada que decir», «Bueno, sólo Dios conoce mi corazón, no necesito demostrar nada»  «No quiero incomodar a nadie». Me pregunto si simplemente no estás excusando el hecho de que, en tu interior no haya algo para compartir de la misma forma que de gracia recibisteis.

Una realidad que se suma a las anteriores, y que de igual forma ha limitado afectar positivamente a la colectividad que nos rodea, es que en nuestros días, todo en las iglesias parece ser comercializado, hay una apariencia de que las maravillas y los milagros que pertenecen a organizaciones y corporaciones.

El cristianismo continuará apartándose más y más de la posición enseñada en el Nuevo Testamento, a menos que sus líderes dejen de ser las estrellas religiosas modernas, para convertirse en los modestos santos que no desean alabanza y no buscan una posición, sino que se sienten felices cuando toda la gloria se atribuye a Dios y ellos son olvidados.

Y una forma evidente de que la iglesia se ha apartado de lo que enseña el Nuevo Testamento, es que generalmente, se presenta a Cristo como alguien maravilloso, pero que no es demasiado capaz de discernir lo profundo de nuestro corazón; como alguien que se deleita en ayudarnos a lograr nuestras metas, y que luego nos hace el favor de abstenerse de hacer preguntas molestas en cuanto a las cualidades morales y espirituales de esas metas. Un Cristo adecuado a nuestras expectativas. 

En la iglesia, es tan grande la brecha que separa la teoría de la práctica, que algún extraño curioso que eche un vistazo a ambas, no podría soñar que existe alguna relación entre ellas.

La iglesia promedio, sencillamente, no se anima a cotejar sus prácticas con los preceptos bíblicos.

Los cristianos hemos caído en el hábito de aceptar a los más ruidosos y a los más destacados entre ellos como los mejores y los más grandes. Ellos también han aprendido a igualar la popularidad con la excelencia. En abierto desafío al Sermón del monte, los cristianos han dado su aprobación a quienes hacen sentir sus derechos en lugar de los mansos; a los seguros de sí mismos, en lugar de a los que lloran; a los cazadores de publicidad que buscan estar en los titulares, en lugar de los puros de corazón que ven a Dios.

Debemos esforzarnos porque nuestras creencias y prácticas sean neo-testamentarias en su contenido. Debemos enseñar y creer las verdades del Nuevo Testamento sin que se infiltren cosas del exterior.

Podemos continuar enumerando muchos errores que nos han hecho responsables de lo que hoy vivimos como sociedad, por no asumir la responsabilidad a lo que hemos sido llamados; pero definitivamente todo es consecuencia de haber diluido la esencia del Evangelio de Cristo al interior de las iglesias y en el peor de los casos, haberse apartado del Evangelio hasta tal punto de predicar otro evangelio. Debemos erradicar la noción de que así como los tiempos cambian, la iglesia debe cambiar con ellos o que los cristianos deben adaptar sus métodos de acuerdo a las demandas de las personas. Los principios de Dios son eternos, desviarnos de ellos, comprometer su mensaje, tendrá consecuencias en la comunidad en la que nos desenvolvemos.

Existe una noción generalizada según la cual el cristianismo está en sus últimos suspiros, demasiado débil o casi muerto. En la mente de muchos que no comprenden el cristianismo, la principal prueba de su muerte es el hecho de que cuando el mundo más lo necesitaba, no ha provisto un liderazgo.

Alguien dijo que "el despertar espiritual no es ya una opción, sino una necesidad por las condiciones del mundo y de la humanidad hoy día". Estoy convencido que cuando el pecado hace patente su oscuridad ante el mundo, es cuando la luz de Cristo debe brillar con más intensidad.

Aquellos que se han adelantado a enterrar la fe de nuestros padres, han hecho la cuenta sin tomar en cuenta la naturaleza de la Iglesia. De la misma manera en que una vez enterraron a Cristo con la plena certeza de que se habían librado de él, así su iglesia ha sido puesta a descansar un sinnúmero de veces, muchas veces por el descuido y negligencia de quienes profesan el cristianismo. Pero de la misma manera en que Jesús desconcertó a sus enemigos levantándose de la muerte, así la iglesia ha confundido a los suyos resurgiendo nuevamente, vez tras vez, a una vida vigorosa, a pesar de que le habían rendido todas las exequias sobre su ataúd y habían derramado las lágrimas de cocodrilo sobre su tumba. Un resurgimiento que no es mérito propio, sino por la gracia y la misericordia de Dios, a través del poder del Espíritu Santo.

Todo aquel que quiera ser discípulo de Cristo, debe ser fiel a la verdad, por tanto,  debe vivir una vida consecuente a lo que dice creer y confesar; es necesario reflejar a Cristo en nuestras vidas, algo menor que eso, solo refleja intentos humanos por dar evidencia de algo que no tenemos, y si no tenemos a Cristo, inevitablemente nos conformaremos con lo que acalla nuestras conciencias pero sin ser un "agente" de bendición para la sociedad, si tan sólo diez justos hubieren sido hallados en dentro de la ciudad de Sodoma, la ciudad hubiera sido perdonada por amor a ellos (Génesis 18:16-33). Si nuestra tierra hoy sufre tan evidentes muestras de padecimiento y destrucción, no solo es por causa de los impíos, hace falta Danieles que por su causa el reino sea prosperado, pero primero es necesario decidir apartarse y no contaminarse de la comida del Rey, para consagrarse a la vida en Cristo, sin importar que el foso de los leones se encuentre de por medio.

Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
2a de Crónicas 7:14